
No muy lejos, entre la línea divisoria, advertí a otro ser como yo quien me miró quizá con la misma duda que yo a él. Se acercó con lentitud y me inspeccionó minuciosamente, yo hice lo mismo hasta que hizo un movimiento tan extraño que pude sentir su presencia y me obligó a emanar un sonido tan aterrador como el de las otras cosas articuladas que había visto unos segundos antes. Mi única reacción fue alejarme, pero como apenas aprendía a dominar mis movimientos me desplomé con tanta fuerza que volví a la oscuridad.
De nuevo la línea blanca se expandió para revelarme más maravillas. El otro ser estaba ahí, clavándome su mirada a una distancia no mayor que la longitud de mi propia nariz. Me espanté y como pude repté aparatosamente hacia atrás buscando protección. “No temas, me dijo. Mi nombre es Adán”. Sin saber que podía le contesté “Yo soy Lilith”. Aquel primer contacto fue devastador porque de inmediato me percaté de lo diferente que éramos “eso” y “esto”. Sus sonidos eran distintos, sus colores también y sus longitudes y elongaciones no concordaban con las mías. Papá no aparecía por ninguna parte para hacerle preguntas.
Un día vi a papá en la distancia, cargaba una enorme cantidad de líquido en sus manos, tanto que se le escapaba entre los dedos y caía por debajo de la línea surcando el lienzo poli cromático. Intenté correr y hablarle, pero como antes desapareció. Con los días sentí que se me revelaban más cosas a mí que a “eso” y decidí empezar a diferenciar las cosas a las que ya me había acostumbrado para no tener que explicarle demasiado a Adán cuando me preguntara sobre algo. A las columnas ásperas y gruesas las nombré árboles, la línea blanca y reveladora que se expande eran mis ojos al abrirse, la línea infinita es ahora el horizonte y a la parte azul y blanca la llamé cielo y la parte multicolor la llamé tierra, a las cosas raras y multi sonoras les di el nombre de animales pero nunca pude diferenciarlos porque eran muchos, el líquido que papá cargaba no era más que agua para crear los océanos y las gotas que se le derramaban caían a la tierra formando numerosos ríos y así fui aprendiendo más.
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